Hoy me gustaría hablaros de algo que cuando empecé a trabajar, pensaba que todo el mundo hacía y se preocupaba por cumplir.
Estoy hablando de la honestidad, hay que ser honestos a la hora de coger un proyecto, hay que ser sincero con el cliente, explicarle todo y decirle que para que un proyecto web tenga éxito es necesaria mucha implicación, ganas, esfuerzo y en definitiva horas. Y si vemos que no estamos capacitados o simplemente no vemos viabilidad al proyecto, por el factor que sea, saber decir «Lo siento, pero creo que no puedo ayudarte». Yo he tenido clientes que en la primera entrevista, le preguntabas ¿Qué quieres hacer con tu web? ¿Qué objetivo va a tener? ¿A donde quieres llegar con ella? Y no sabían responder o te responden el clásico «Yo quiero vender». Así mal empezamos.
Si nosotros no guiamos al cliente y le decimos: «Si, si, esto te montamos la web en un par de días, pásame las fotos, el logo y listo». El proyecto no va a ningún sitio. Si, tendremos una web, pero una web inútil, que no aportará nada. Esto con el paso del tiempo se traduce en que el cliente diga «La web no sirve de nada, me ha cobrado y no estoy consiguiendo un retorno».
Un proyecto necesita de toda nuestra dedicación, pensar en el proyecto como si fuera nuestro, tener una relación muy estrecha con el cliente porque él es el que mejor conoce su idea y su negocio, y entre ambos sacar adelante todo. Si conseguimos eso, tenemos la mitad del camino andado, tan solo marcaremos unos objetivos y un tiempo aproximado para conseguirlos para ir avanzando poco a poco.
Ver que nuestro trabajo tiene éxito, es lo que mejor sienta, saber que has hecho bien las cosas es lo que me hace seguir haciendo lo que hago. Todo lo demás no importa.
Nos vemos!